Inicio > Uncategorized > El rol de la mujer en la sociedad

El rol de la mujer en la sociedad

Durante la historia de nuestra sociedad el rol de la mujer se ha ido transformando. Al comienzo, en culturas prehistóricas, el papel de la mujer era básicamente de recolectora  mientras el hombre era el encargado de la caza.

En las sociedades más recientes la mujer era la encargada del cuidado de los hijos, sólo en el caso de encontrarse en un muy mal estado económico, la mujer buscaba trabajo fuera del hogar, el que siempre era de menor salario que el del hombre.

Cambios en el mercado laboral, especialmente debido a la revolución industrial y a las grandes guerras del siglo XX, permitieron a las mujeres una mayor inmersión en el mercado laboral y trabajar en mejores lugares que requerían un nivel  educacional mayor.

A pesar de que por mucho tiempo se decía que estas diferencias entre hombres y mujeres se debían a discrepancias de género a partir de diferencias biológicas, todos estos cambios pueden ser explicados debido a modificaciones de los mitos racionales. Al comienzo el mito planteaba una superioridad del hombre frente a la mujer y a los diferentes roles que cada uno debía cumplir. Gracias a una serie de eventos como la lucha de la mujer por el derecho a voto y el derecho al divorcio, fueron cambiando la percepción del papel de la mujer en la sociedad.

Un estudio realizado por Margaret Mead «Sex and Temperament in Three Primitive Societies” apoya este pensamiento (más información en http://homepage.smc.edu/delpiccolo_guido/Soc1/soc1readings/sex%20and%20temperment_final.pdf )

Los roles que juega cada género en la sociedad ha sido tema de investigación y estudio de muchos autores como John Stuart Mill (para mayor información sobre su obra más influyente sobre el tema “The Subjection of Women” ver http://www.constitution.org/jsm/women.htm) Y  Anne Protin-Dumon (para mayor información sobre su obra “El Género en Historia” http://americas.sas.ac.uk/publications/genero/genero_primera_introduccion.htm )

Etiquetas:
  1. damianclarke
    abril 10, 2010 a las 5:06 pm

    Como mostrado en este post, el rol cambiante de género en la sociedad moderna es un tópico muy común en la literatura de economía y sociología. De hecho, esta semana en su blog (The Becker-Posner Blog) el economista* Gary Becker (Premio Noble de Economía 1992) y Richard Posner (muy conocido por su análisis económico de derecho), trataron una versión de este tema. Posner, en su parte del análisis, examinó la caída en la tasa de matrimonio en el mundo occidental como una función de los cambios en los mitos racionales. Según Posner “in a pluralistic society, widespread practices tend to become normative”, una afirmación que es una simplificación (o buen resumen) del proceso de surgimiento de convenciones. Por su parte, Becker examinó como los cambios en la tasa de fertilidad han afectado a la tasa de matrimonio (y por ende los roles de cada género en la sociedad moderna.) Para leer este análisis, hecho por dos de los grandes economistas de nuestros tiempos, consulta http://uchicagolaw.typepad.com/beckerposner/ , tal vez una de los mejores sitios de blog de economía en el internet.

    *De verdad, Becker es mucho más que un economista, mezclando los campos de sociología, economía, criminología y política para producir ideas integradas, pero basadas en las teorías de la economía.

  2. felipecosialls
    abril 13, 2010 a las 7:58 pm

    Como menciona nuestra compañera, el rol de la mujer dentro de la sociedad ha evolucionado. Y no solo en términos de inserción laboral o papel activista dentro de la familia. El 11 de marzo del año 2006, se rompe el siguiente mito racional; los lideres politicos de chile tienen que ser hombres, y asume Michelle Bachelet la presidencia, siendo este un cambio totalmente radical que va en contra de todas las corrientes políticas antes existentes. E incluso, según un sondeo realizado el 2005, un año antes de las elecciones (el mito ya estaba presente), las mujeres ministras fueron mejor evaluadas que sus pares hombres. http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20060620/pags/20060620205917.html
    Vale decir, desde hace unos años, su capacidad política fue en aumento, culminando con la elección de la presidenta Bachelet y derrumbando el mito racional en cuestión.

  3. May 1, 2010 a las 4:58 pm

    Me parece válido comentar que la evolución del rol de la mujer plantea otras problemáticas. Al leer este posteo recordé un artículo que leí hace un mes titulado «No quiero que mi señora gane lo mismo que yo» por Rodrigo Guendelman (http://blog.latercera.com/blog/rguendelman/entry/no_quiero_que_mi_se%C3%B1ora). En él, el autor afirma dos puntos importantes; por un lado aclama que «por muy bien que gane una mujer en su trabajo, por muy independiente económicamente que sea, de todas maneras esa mujer va a preferir a un hombre que gane más que ella.» y por el otro dice que los hombres de hoy en día están complicados con que sus esposas puedan tener más ingresos que ellos. Y es que apela a sentimientos como la masculinidad, virilidad, al poder y fortaleza que pagar o generar dinero hacen sentir y a marcar territorio.
    Claramente hay hombres que no les afecta para nada ganar menos (y hasta que afirman que lo gozarían, pero eso puede estar alejado de la realidad), y mujeres a las que no les importa estar emparejadas con tipos que no generen tanto como ellas, pero tenemos que, por lo menos, tener en cuenta que este es un tema tabú para gran parte de la población, y que para muchos y muchas no les será fácil declarar su visión real de estas situaciones.
    El mundo evoluciona, cambia y progresa, pero el mito racional de que el hombre debe ganar más que la mujer no está tan erradicado como se piensa. Muchas veces el discurso inicial no corresponderá a la posición final que se tenga frente al tema, pues es muy fácil decir que a una «le da lo mismo» que el marido gane menos o que el hombre diga que «estaría feliz si su mujer ganara más», pero profundizando el tema el sentir lo contrario sería racional para la mujer, ya que la fertilidad se manifiesta en ella, y es ella la más «afectada» por los embarazos e hijos. La presión social de un equilibrio al que estabamos acostumbrados se podría hacer sentir fuerte y es aquí que las convicciones personales deben derribar las convenciones sociales.

    Saludos,
    Monique

  4. May 15, 2010 a las 2:31 pm

    Hoy el diario El Mercurio publicó un articulo sobre la igualdad de género, donde encontramos interesantes – y decepcionantes – cifras, entre ellas que 18% de los chilenos pueden ser considerados machistas, que «creen que los hombres mandan y proveen, y las mujeres obedecen y son madres», otro 18% cree «que ellas y ellos deben complementarse en sus roles tradicionales y apoyarse» y los pragmáticos alcanzarían un 26%, siendo quienes opinan que «está bien los cambios, pero que la igualdad no puede ser plena». Esto quiere decir que un 62% de los chilenos en realidad no busca la igualdad para hombres y mujeres en un 100%, lo cual significa un freno bastante mayor al que podríamos haber imaginado.

    Me gustaría saber exactamente a qué se resisten cuando dicen que no le gustaría que hubiese igualdad plena… ¿algún compañero que pueda responder esta pregunta? ¿o son todos partidarios de la igualdad total entre hombres y mujeres?

    FUENTE: http://www.mer.cl/modulos/catalogo/Paginas/2010/05/15/MERSTCT012AA1505.htm

    • May 15, 2010 a las 11:03 pm

      Monique no sé si te pueda ayudar en tu inquietud, pero si te sirve de aporte, a mi por lo menos me parece bien postular una igualdad plena entre hombre y mujer, pero siempre teniendo en cuenta que esta igualdad nunca será total ya que no somos iguales, se parte de una base de género, a mi juicio, imposible de igualar.
      Como decía antes, yo creo que es justo compartir los labores del hogar y que las mujeres no partan con un sueldo más bajo solo por ser mujer.
      Ante lo primero no creo necesario ninguna legislación aunque sí derribar los paradigmas que existen hoy en día que definen actividades como para hombres o para mujeres sin ninguna razón que la cultura.
      En el ámbito de la igualdad salarial, no creo que por solo cultura las empresas paguen lo mismo, ya que actualmente las mujeres tienen un riego mayor en ser más costosas para la empresa. Este mayor costo no se puede pedir a la empresa que lo asuma por buena voluntad, de alguna forma hay que lograr que el costo de tener un hijo (en cuanto a pérdida de productividad) sea asumido tanto por hombres como por las mujeres, esto dando también posnatal masculino o que la empresa del padre también tenga que pagarle parte del sueldo de la mujer mientras esta en posnatal, con el fin de lograr que el costo y riesgo de contratar a una mujer sea igual al contratar a un hombre, ya que si esta queda embarazada el costo lo asumirían las empresas de ambos padres, creo que propuestas de este tipo son la que tenemos que hacer en buqueda de la igualdad.
      Pero creo que muchas de las propuestas para la igualdad total entre hombres y mujeres, no puede estar garantizada por leyes, con esto me refiero a que no considero justo a que por ley se obligue a tener un porcentaje de mujeres trabajando en la empresa o un numero mínimo de mujeres en el parlamento, esto porque no veo que contribuya a la igualdad. Para mí la igualdad tiene que ser ganada y no garantizada.
      Como conclusión diría que mi postura es que hay que garantizar partir de una base igualitaria, pero que luego de asegurar una base, la igualdad tiene que ser por meritos y no por que se establezca una razón hombres mujeres obligatoria.

  5. May 16, 2010 a las 4:11 am
    • May 16, 2010 a las 4:07 pm

      Santiago, yo estoy de acuerdo contigo, hombres y mujeres biológicamente no somos iguales y eso está claro.
      Lo del sueldo es muy complicado, pues si yo fuese quien contratase y tengo a un hombre y a una mujer al frente igualmente capacitados, es probable que mi tendencia sea a escoger al hombre, ya que como dijiste, «es más barato». En la empresa donde hice la práctica profesional tienen muchas trabajadoras mujeres y eso se debe a que a pesar de saber que son más «caras» saben que hacerlo entrega una buena imagen en el mercado, pero eso es algo que las PYMES pueden difícilmente aprovechar. Aunque de todas maneras creo que se debería potenciar esta idea de que contratar mujeres da buena imagen en la industria nacional. Por su parte, el aumento del postnatal a 6 meses empeora nuestra situación, por lo que estoy de acuerdo contigo en que el costo debería ser distribuido entre el empleador de la mamá y del papá, pues pareciera ser la única forma de entregar beneficios a la familia sin perjudicar el acceso al trabajo y el salario de las mujeres. También estoy de acuerdo en que las cuotas no son positivas porque los contratados deben ser los más capaces.

      Sobre el articulo de Rodrigo Guendelman, tengo la esperanza de que nuestra generación sea diferente a la de hace 20 años atrás, que no nos dejemos pasar a llevar por hombres flojos o inútiles (que son casos específicos) y que sepamos criar a nuestros hijos con menos sesgo machista. Sin embargo, creo que R.G. evita responsabilidades. Que no los hayan criado para hacer los deberes el hogar no significa que no puedan aprender rápido. La imagen que da es un poco la de un hombre incapaz que no sabe manejar críticas.
      También me recuerda a conversaciones que he tenido con hombres casados que alegan porque sus mujeres se quejan mucho de que no ayudan pero cuando ayudan les critican lo mal que hacen las cosas, y ellos entonces reaccionan mal, pero enfrentémoslo, por supuesto que hay formas y formas de hacer las cosas, algunas mejores que otras, entonces ¿por qué no hacerlo bien a la primera? Supongo que en unos años más tendremos mucho tiempo para buscar la solución a estas interacciones.

  6. juanstacruz
    May 24, 2010 a las 3:10 pm

    Monique, a propósito de lo que comentas de R.G. en su columna en La Tercera, si bien él tiene un punto, creo que tienes razón en que es un tanto sencilla la excusa de que como no fue enseñado de niño para llevar el hogar, ahora no lo pueda hacer. Como bien planteas, los tiempos cambiaron y la educación ya no es la de hace 20 años. Hoy no sólo se acepta sino que además es bien visto, que un hombre cocine, que participe en las labores del hogar y que en definitiva, comparta las labores que antaño incumbían sólo a la mujer.
    Sin embargo, creo que el tema de la desigualdad de género hoy, se resume en la labor que cumple el hombre en la crianza de un niño. La respuesta a esto, es lo que determina las políticas públicas entorno al post-natal, a la igualdad de género en sueldos, a la igualdad de género a la hora de contratar a un nuevo empleado, etc.
    Por ejemplo, si creemos que el cuidado de un recién nacido compete sólo (o mayoritariamente) a la madre, entonces el post-natal para los padres es ineficiente. Luego es efectivo que contratar a una mujer es más caro que a un hombre, y por ende las empresas, especialmente pymes, lo evitarán. Y como los ya mencionados los ejemplos pueden seguir.
    Nuevamente, creo que todo viene de como entendemos la labor del padre en el cuidado de un niño recién nacido. Y en ésto, si concuerdo con R.G. que son las mismas mujeres las que generan una barrera. Conversando con varias compañeras nuestras a propósito del post-natal, por unanimidad opinaban que el hombre no aporta en casi nada en el cuidado del niño recién nacido, salvo acompañar a la madre, y de ahí qué, post-natal para los hombres era algo totalmente ineficiente.
    Me parece que esta manera de pensar es parte del paradigma que viven las mujeres y mientras no cambien su pensamiento en eso, es como cuando las mujeres hace 20 años no dejaba ni enseñaba a participar al hombre en la cocina. La igualdad de género vendrá, cuando mujeres también consideren igualitario el rol del padre en el cuidado de un recién nacido.

  1. No trackbacks yet.

Replica a moniquecorrea Cancelar la respuesta